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Comunidades rurales en Cochabamba, Beni y Tarija realizan actividades para proteger el agua y garantizar su seguridad alimentaria sin olvidar enseñanzas ancestrales.

Comunidades rurales ubicadas en los departamentos de Cochabamba, Beni y Tarija han desarrollado estrategias para proteger el agua y garantizar su seguridad alimentaria como forma de adaptación al cambio climático, transformando características adversas en ventajas comparativas, sin olvidar las enseñanzas ancestrales.

El viernes 10 de febrero fueron presentadas seis investigaciones que revelan estas acciones como la transferencia de conocimiento oral para predecir las mejores siembras, el uso de pequeños estanques para conservar agua, la creación de mapas para identificar las vulnerabilidades de las comunidades, las acciones y reacciones de los gobiernos municipales frente a iniciativas comunales y pautas para identificar posibles incendios.

Según el documento Tras las huellas del cambio climático en Bolivia del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cambio climático no se expresará solamente en la frecuencia e intensidad de los eventos meteorológicos extremos, sino que también generará cambios paulatinos e irreversibles en los ecosistemas, afectando a la vez las actividades humanas. Asimismo, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua señala que el impacto en Bolivia influirá no sólo en la capacidad de producción de alimentos, sino también en la reducción de la población económicamente activa en regiones rurales o productoras de alimentos por la carencia de oportunidades y pérdida de la capacidad productiva en sus medios de vida. 

Con el objetivo de coadyuvar en el desarrollo de estrategias de adaptación a la variabilidad y cambio climático a nivel local, a través de información práctica y de utilidad para la planificación del desarrollo, el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), mediante su programa ambiental, llevó adelante la convocatoria ‘Agua para la vida y la seguridad alimentaria: adaptación al cambio climático en Bolivia’, con el auspicio de la Embajada Real de Dinamarca.

Prácticas locales


Los estudios en los municipios de Tapacarí y la subcentral Chillavi de la provincia Ayopaya en Cochabamba señalan que aún se observan estrellas, animales, plantas e indicadores atmosféricos para las cosechas de papa.

El proyecto ‘Seguridad alimentaria y tecnologías campesinas andinas de reducción de eventos climáticos extremos. Estudio de caso en comunidades indígenas de la subcentral Chillavi-Ayopaya’, ejecutado por el centro de Comunicación y Desarrollo Andino (Cenda), identificó que la siembra escalonada, el manejo de varios sistemas de producción, la diversidad de variedades de cultivos, el manejo de parcelas, del ganado, el trabajo familiar y la organización social son elementos de adaptación al cambio climático. 

Además, los principales problemas que debilitan las tecnologías de reducción de riesgos climáticos son la migración, procesos de individualización de la tierra, cambios en el clima, rol de la escuela en las comunidades y erosión de la biodiversidad. 

Por su parte, el proyecto ‘Análisis de las lecciones aprendidas sobre la adaptación de prácticas y estrategias locales al cambio climático relacionadas al cultivo de la papa en el municipio de Tapacarí’, realizado por el Centro Universitario de Agroecología de la Universidad Mayor de San Simón (Agruco), permite, a través de sus indicadores, a los habitantes de las comunidades Esquillani, Ovejuyo y Chivimarca, del municipio de Tapacarí, decidir sobre el período de siembra, adelantada, intermedia o tardía; sobre el piso ecológico preferencial para la siembra y qué tipo de especies o variedades de semillas deberá sembrarse relacionando de esta manera la predicción climática con el manejo de la gestión del riesgo frente al cambio climático.

El agua

La seguridad alimentaria también está relacionada con el agua, elemento que es escaso en el municipio Anzaldo (Cochabamba), donde optaron por el uso de atajados (pequeños estanques). Aquellos que se encuentran en buenas condiciones provocaron cambios positivos en las familias beneficiarias, permitiéndoles atenuar los efectos del cambio climático como por ejemplo la diversificación productiva, además conlleva al acceso a alimentos de calidad y mayores ingresos económicos.

La contribución económica principal para el sustento de la familia viene del sistema ‘a secano’ (dependiente de las lluvias), que aporta entre 10.000 y 20.000 bolivianos/año. Con el atajado el valor bruto adicional es de 1.600 a 5.300 bolivianos, dependiendo del estado de funcionamiento. 

La investigación realizada por la Fundación Proinpa tuvo por objetivo analizar la pertinencia y elegibilidad de proyectos referentes a atajados y/u otras fuentes hídricas, como medidas de reducción de la vulnerabilidad asociada con el agua en relación con diferentes opciones de desarrollo para orientar la inversión pública en el municipio cochabambino.

Insumos para la planificación

Los incendios que se producen en el departamento del Beni (Bolivia) están relacionados con el crecimiento de material vegetal o biomasa luego de grandes inundaciones o chaqueos, causando efectos negativos para la biodiversidad, la salud humana y la seguridad alimentaria, es la conclusión de una investigación que abarcó el período 2000-2010.

El proyecto ‘Análisis espacial y temporal de las inundaciones e incendios en el Beni: Elementos para un acercamiento integral al problema’ fue ejecutado por la Asociación para la Biología de la Conservación - Bolivia (ACB-B). Señala que si los factores que afectan a una mayor producción de biomasa o materia vegetal (hojas, ramas, pasto) se acentúan a causa, por ejemplo, del cambio climático, podrían llegar a desatarse eventos catastróficos para las poblaciones debido a la magnitud de los incendios ocasionados.

Un ejemplo señala que la excepcional época húmeda, tanto en inundación como en precipitación, que se dio el año 2009 y que fue seguida inmediatamente por un inusual 2010, caliente y seco según los datos climáticos analizados, ocasionó los peores incendios, rompiendo incluso los récords históricos alcanzados en 2005 en cuanto a la superficie quemada.

Exaltación, Santa Ana de Yacuma y San Ignacio de Moxos fueron los municipios donde se registraron la mayor cantidad de incendios probablemente por la alta incidencia de quemas, que se encuentra relacionada con actividades económicas, especialmente la ganadería, utilizándose el fuego como una herramienta de bajo costo y de fácil uso para promover la regeneración de pastos.

Finalmente, la investigación ‘Evaluación de la vulnerabilidad, amenazas y riesgos asociados al cambio climático para la planificación del desarrollo en el municipio de Yunchará’ fue realizada por la entidad Protección del Medio Ambiente Tarija (Prometa), que elaboró un ‘Atlas de vulnerabilidad, amenazas y riesgos asociados al cambio climático’, que identifica las épocas de sucesos climáticos como la sequía, inundaciones, incendios y heladas. Documento que le permitirá ordenar sus demandas hacia las autoridades locales, y éstas podrán priorizar recursos para cada distrito municipal.

El atlas contiene mapas temáticos a escala municipal, producto de un análisis a nivel distrito sobre amenazas, vulnerabilidades y riesgos asociados al cambio climático. Es de fácil interpretación para ser empleado por actores locales de las comunidades para ordenar sus demandas de desarrollo y por las autoridades locales para priorizar las demandas productivas de cada distrito municipal. (PIEB)

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